Con nuestro ritmo de vida muchas de las cosas que hacemos en nuestro día a día, nos vemos empujados a hacerlas con prisas, entre ellas el comer.
La mayoría de las veces no somos conscientes de la manera en que nos alimentamos: la velocidad, el hambre, la saciedad, el motivo por el que como, la cantidad, etc. y lo que todo ello nos origina.
El hecho de actuar así lleva a que estemos desconectados de nosotros mismos, de nuestras necesidades, de nuestras sensaciones corporales, y por lo tanto no estemos ateniéndonos adecuadamente a lo que nuestro cuerpo y mente nos demanda.
Pero además de ello, esto tiene consecuencias en tu salud. Comencemos por el punto de partida.
¿Qué es la alimentación consciente?
Lo primero que queremos que sepas es que la alimentación consciente no es una dieta.
Lo que se pretende con la alimentación consciente es que las personas sean conscientes, valga la redundancia, de las sensaciones de su cuerpo en el “aquí y ahora”. En el momento presente en el que se cocina y se come.
Tendemos a realizar el acto de comer como un automatismo más en nuestro día a día, pero te has parado a pensar ¿cuántas veces lo hacemos disfrutando del sabor, del olor o del cocinado apreciando los sabores, texturas, olores y colores de un alimento?
La alimentación consciente pretende que nos centremos con todos nuestros sentidos en el acto de cocinar, así como de comer, que aprendamos a diferenciar entre el hambre física y el hambre emocional. Comemos sin ni siquiera saber si lo hacemos por hambre real.
Es decir, es necesario que escuchemos a nuestro cuerpo e identifiquemos las señales que nos indican cuándo debemos comer o no hacerlo,
Por último, cabe destacar que la alimentación consciente presenta importantes beneficios sobre la salud.
Cómo una alimentación consciente te puede ayudar en tu salud física y emocional.
La alimentación consciente promueve el autocontrol y el autoconocimiento, rescatando señales internas olvidadas, sensaciones y/o emociones, haciendo este acto de comer más acorde con la realidad y necesidades de la persona.
De esta forma podemos prevenir problemas tanto físicos, como la obesidad, como psicológicos como diferentes trastornos de la conducta alimentaria.
Bajos los factores psicológicos se esconden motivos por los que se come usando los alimentos a modo de tapadera, evasión o gestión de determinadas emociones que no sabemos gestionar de otro modo más sano a lo que le conviene; ya que el comer, al igual que el beber, produce en nuestro organismo una sensación de calma y tranquilidad.
Y ésta es la sensación que logramos encontrar a corto plazo a través de la ingesta del alimento, de una ingesta poco consciente.
Veamos de forma más concreta, qué beneficios tiene la alimentación consciente sobre nuestra salud:
● Ayuda a prevenir la obesidad.
● Reduce el estrés y la ansiedad. Se reducen los atracones y en ocasiones hay una pérdida significativa de peso.
● Mejora las digestiones en las personas
● Se produce así mismo, una mejora en el bienestar psicológico de las personas.
● Puede contribuir en la mejora de trastornos alimentarios.
Primeras pautas para comer de forma consciente.
Para llevar a cabo una alimentación consciente en tu día a día es necesario prestar atención a tu forma de comer de un modo integral, qué piensas, qué sientes y qué haces mientras te alimentas.
Digamos que es un entrenamiento que necesitas realizar para adquirir poco a poco las habilidades que te permitan ese mayor autoconocimiento y autocontrol del que te hemos hablado.
Pero además, si tus propias pautas las acompañas del abordaje integral de mano de un profesional especializado en ello que te ayude, podrás poner en práctica numerosos ejercicios que te ayuden a hacer más conscientes las señales internas y a controlar las externas.
Desde Alas para Crecer. te indicamos una serie de consejos y pautas que pueden ayudarte a iniciar o mejorar este proceso de alimentación consciente. Para ello puedes descargarte el siguiente recurso.