¿Qué es la depresión?

La depresión es un trastorno mental que se caracteriza por un bajo estado de ánimo y sentimientos de tristeza, apatía, fatiga, disminución de la actividad física,  cambios en el apetito o el sueño y del pensamiento… También puede causar problemas físicos, como dolores y molestias, o problemas digestivos, que sostenidos en el tiempo y que condicionan el día a día de la persona que la padece.

Para que te hagas una idea de la importancia del tema y del alcance en nuestra sociedad, la depresión es el motivo de consulta más frecuente en consultas médicas de atención primaria antes que un resfriado o un dolor de cabeza. El primer motivo de consulta en psiquiatría y el primer motivo de discapacidad por salud mental.

Aparece con mayor frecuencia en mujeres y en menores de 45 años por las fluctuaciones hormonales, pero realmente, cualquier persona puede sufrir depresión, sin distinción de edad, género o nivel socioeconómico.

Hay una serie de factores que pueden contribuir a la depresión, incluyendo factores genéticos, factores ambientales y factores psicológicos.

El tratamiento que se realiza es con psicoterapia o fármacos. A veces parcialmente, a veces en su totalidad. Aunque se recomienda continuar con terapia un tiempo para evitar recaídas.

“Según la OMS, la depresión afecta a más de 300 millones de personas en el mundo.”

¿Qué tipos de depresión existen?

Podemos clasificar la depresión en diferentes tipos:

  • Biológica: mayor presencia de factores genéticos y menor influencia de factores externos.
  • Reactiva: a causa de situaciones externas.
  • Enmascarada: No parece depresión porque presenta otros síntomas, somatizaciones.

Algunos de los tipos más comunes de depresión incluyen:

Depresión mayor: También conocida como trastorno depresivo mayor, es la forma más común de depresión. Se caracteriza por una tristeza profunda y persistente, pérdida de interés en actividades que solían ser placenteras, cambios en el peso y el sueño, fatiga y sentimientos de inutilidad.

Trastorno distímico: Se trata de una forma crónica de depresión que dura al menos dos años. Los síntomas suelen ser menos graves que en la depresión mayor, pero pueden interferir con la vida diaria.

Trastorno afectivo estacional: Este tipo de depresión está relacionado con los cambios estacionales y suele ocurrir durante los meses de invierno, cuando hay menos luz solar. Los síntomas suelen mejorar en primavera y verano.

Trastorno bipolar: Antiguamente conocido como depresión maníaca, este trastorno implica cambios extremos en el estado de ánimo, alternando entre episodios de depresión y manía (periodos de alta energía y euforia).

Depresión postparto: Ocurre después del parto y puede afectar a las madres que acaban de dar a luz. Se caracteriza por sentimientos intensos de tristeza, ansiedad e irritabilidad.

Hasta ahora podemos decir que no existe una causa única conocida y definida de la depresión. Más bien, la depresión parece ser el resultado de una combinación de factores genéticos, bioquímicos, y psicológicos.

Y producida por diferentes causas:

  • Asociada a enfermedades médicas.
  • Cambios hormonales.
  • Factores externos.
  • Personalidad.
  • Hierro bajo.

Por ejemplo, una persona puede sufrir un episodio de depresión tras haber vivido cualquier situación estresante, pero también pueden darse episodios de depresión sin una situación evidente que haya actuado como desencadenante.

“La depresión, es un trastorno mental común que dispone de tratamientos eficaces.”

¿Cuáles pueden ser algunos de sus síntomas?

Cuando hablamos de síntomas de un proceso depresivo, no podemos generalizar en cuanto a que todas las personas manifiesten los mismos ni todos y cada uno de ellos.

Pero vamos a ofrecerte en el siguiente listado, los más comunes:

  • Falta de interés y desgana en desarrollar actividades habituales de las que antes disfrutaba.
  • Sentimiento persistente de tristeza, ansiedad, vacío, desesperanza y, por consiguiente, pérdida de la capacidad y las ganas de disfrutar.
  • Irritabilidad con cualquier cosa.
  • Pérdida de confianza en uno mismo, en los demás y en la vida. Baja autoestima.
  • Pérdida del interés en las relaciones sexuales.
  • Cansancio físico y mental y sensación de falta de energía.
  • Disminución de la capacidad de concentración e indecisión a la hora de tomar decisiones por falta de claridad.
  • Alteraciones en el sueño.
  • Cambios de apetito o de peso
  • Dolores persistentes: dolores de cabeza, corporales o problemas digestivos.

Y en casos de mayor gravedad, ideas de muerte o intentos de suicidio.

“Los episodios depresivos suelen tener una duración prolongada, habitualmente de meses”

¿Cómo se diagnostica la depresión?

Cuando los síntomas son alargados en el tiempo y generan incapacidad en tu vida, además de afectar al funcionamiento normal de la misma, es necesario que sea un profesional cualificado quien se encargue de hacer un diagnóstico correcto de lo que está sucediendo.

Estos son los pasos que normalmente se siguen para diagnosticar un proceso de depresión.

  • Realizar con el paciente un primer contacto para llevar a cabo una entrevista diagnóstica. Esta será la principal herramienta para diagnosticar la depresión existente.
  • En esta entrevista se evalúan el tipo de síntomas que manifiesta la persona para determinar la gravedad de la depresión.
  • En algunas ocasiones es necesario realizar pruebas de psicodiagnóstico complementarias para descartar posibles enfermedades que enmascaren un proceso depresivo.

La depresión es una de las principales causas de baja o incapacidad laborales temporal.

¿Qué influencia tienen las hormonas en el estado de ánimo?

A continuación, te vamos a hablar de las hormonas que influyen en los procesos depresivos y la influencia que tienen cada una de ellas en los estados de ánimo:

  • Serotonina: La serotonina es un neurotransmisor que regula el estado de ánimo, el sueño, el apetito y otros procesos cognitivos. Los bajos niveles de serotonina en el cerebro se relacionan con la depresión. Los medicamentos antidepresivos denominados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) aumentan los niveles de serotonina en el cerebro.
  • Endorfinas: Las endorfinas son neurotransmisores relacionados con la sensación de bienestar y la reducción del dolor.
  • Oxitocina: La oxitocina es una hormona relacionada con la vinculación social, el apego y la confianza. Se ha sugerido que la oxitocina puede tener efectos antidepresivos al promover sentimientos de conexión emocional y apoyo social
  • Dopamina: La dopamina es un neurotransmisor asociado con la recompensa, la motivación y el placer. Los bajos niveles de dopamina se han asociado con los síntomas de la depresión, como la pérdida de interés en las actividades y la falta de motivación.
  • Cortisol: El cortisol es una hormona liberada en respuesta al estrés. El estrés crónico y los altos niveles de cortisol pueden influir en los procesos depresivos. El exceso de cortisol puede afectar la regulación del estado de ánimo, la memoria y la función cognitiva, y contribuir a la aparición o empeoramiento de la depresión.

¿Cómo se trata?

Como hemos dicho anteriormente, la depresión afecta a más de 300 millones de personas en el mundo. Por esta causa y por los graves efectos que puede producir en algunas personas, llegando incluso al suicidio, es imprescindible realizar un correcto diagnóstico de la depresión.

El tratamiento de la depresión depende del tipo que sea, siempre debe de ser un tratamiento individualizado acompañado por un profesional en la materia. En el tratamiento de la depresión es fundamental la relación terapeuta-paciente.

Con la psicoterapia se ofrece seguridad, confianza, comprensión y apoyo emocional. Se corrigen comportamientos distorsionados.

En algunas ocasiones, y siempre bajo la supervisión y el criterio del terapeuta, es necesario acompañar el tratamiento psicoterapéutico con antidepresivos.

En todo momento buscamos:

  • Mejorar los síntomas depresivos
  • Recuperar el funcionamiento previo de su vida antes de comenzar este proceso depresivo o incluso mejorar su vida si eso es lo que le ha llevado a este punto.
  • Prevenir futuros episodios depresivos.

En resumen, la ayuda psicológica en la depresión busca brindar apoyo emocional, enseñar habilidades de afrontamiento efectivas, promover un cambio positivo en el pensamiento y el comportamiento, y trabajar en la resolución de problemas subyacentes para ayudar a las personas a superar la depresión y mejorar su bienestar emocional.

¿Qué te recomienda el equipo de Alas para crecer?

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En este artículo, te hemos hecho un pequeño recorrido sobre qué es la depresión, sus causas, cómo se manifiesta, cómo se trata y ahora queremos darte una pequeña guía con tips para que comiences a combatirla desde este mismo instante.

Son nuestras recomendaciones particulares. Pero recuerda, esto no sustituye tu terapia.